jueves, 26 de mayo de 2011

SAN CHARFEL MAKHLOUF



El maronita, ermitaño.
Conocido también como Sharbel.
(1828 †1898)
Fiesta: 24 de Diciembre

Charbel modelo más perfecto de vida monástica
Nace en una humilde familia de campesinos de Beka'Kafra, aldea situada en el norte del Líbano, el 8 de mayo de 1828.
A los 25 años de edad deja la vida familiar para ingresar al monasterio de Nuestra Señora de Maifuk de la Orden Libanesa Maronita, en la región de Biblos. Debe escapar de madrugada ya que su familia se oponía a esta decisión con mucha resistencia.
Allí cambia su nombre por el de Chárbel (nombre de un obispo de la Iglesia de Antioquía martirizado a principios del siglo II, con su hermana Barbé).
Estudia Filosofía y Teología con su maestro espiritual, el padre Namtala el Hardini (beatificado pro Juan Pablo II).
Tras realizar los estudios eclesiásticos es ordenado sacerdote en 1859.
Lleva una vida de penitencia y sacrificios.
En diciembre de 1898 sufre un ataque de apoplejía durante la celebración de la Misa.
Muere el 24 de diciembre.
Es considerado el modelo más perfecto de vida monástica. Su cuerpo se mantiene incorrupto. Es canonizado el 9 de octubre de 1977.

Su cuerpo se ha mantenido incorrupto, sin la rigidez habitual, con la temperatura de una persona viva. Suda sangre, ocurren prodigios de luz constatados por muchas personas. El pueblo lo veneraba como santo aunque la jerarquía y sus mismos superiores prohibieron su culto formal mientras la Iglesia no pronunciara su veredicto.

El extraordinario caso de San Charbel Makhlouf

El libanés San Charbel Makhlouf fue enterrado sin ataúd, como está recomendado en la regla de su orden religiosa, la Orden Maronita Libanesa. (Monasterio de San Marón, Annaya, Líbano). En vida se le atribuía el poder de detener plagas y epidemias. Su cuerpo fue encontrado flotando en barro dentro de una tumba inundada, durante la exhumación llevada a cabo cuatro meses después de su muerte, tiempo suficiente como para permitir al menos una destrucción parcial. Después se le enterró en un nicho y, 23 años después, un religioso descubrió que el muro rezumaba una serosidad sanguinolenta. Desenterrado de nuevo, se comprobó que el cadáver continuaba intacto. Su cuerpo, que se ha preservado perfectamente como cuando estaba vivo, y flexible por más de setenta años, emite constantemente un bálsamo perfumado que ha sido reconocido como verdaderamente prodigioso.
El informe médico de 1952 dice:
"La delegación médica y científica no puede dejar de constatar la evidencia de los hechos, su carácter excepcional y la ausencia de toda intervención humana".

Se le volvió a dar sepultura y cuando fue inhumado de nuevo, se vio que el cadáver conservaba su flexibilidad, flotaba en la extraña serosidad y hasta conservaba su cerebro. La esposa de uno de los médicos resultó curada de un cáncer y otra persona de una epilepsia. Tal vez la manifestación más impresionante ocurrió en la misma tumba de San Charbel Makhlouf: Una luz que brilló fuertemente por cuarenta y cinco noches sobre la misma, fue presenciada por muchos pueblerinos y no desapareció hasta que se produjo la exhumación de su cuerpo, destapándose así los fenómenos antes mencionados y que todavía hoy pueden observarse.

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